Redacción. Madrid
El Centro de Excelencia de Investigación en Salud y Ciencias de la Vida de la Universidad Europea de Madrid ha publicado recientemente el estudio ‘Caracterización de los ritmos hipocampales y su distorsión en epilepsia de lóbulo temporal’, un proyecto liderado por la profesora e investigadora Beatriz Gal, con la colaboración de un grupo de investigadores del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Beatriz Gal.
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“Este trabajo abre una vía de investigación al sugerir la disociación entre la capacidad de memoria espacial y la condición epiléptica”, explica Beatriz Gal, y añade que “el objetivo ha sido estudiar nuevos modelos animales de epilepsia del lóbulo temporal para comprender la posible disociación entre las alteraciones de algunos tipos de memoria, principalmente temas relacionados con la memoria espacial, y su vinculación con la ansiedad y el estrés presentes en pacientes afectados por esta enfermedad”.
La investigación demuestra que se pueden utilizar determinados modelos animales para estudiar los mecanismos neurológicos asociados con los déficits cognitivos presentes en la epilepsia del lóbulo temporal. Utilizando una batería de tests de conducta animal, junto a estudios de resonancia magnética y de neuropatología, “hemos separado la contribución de las lesiones presentes en determinadas estructuras cerebrales en la expresión de los déficits cognitivos”, apunta la investigadora.
En este sentido, “encontramos que la ansiedad y los problemas de memoria espacial no están necesariamente asociados a la condición epiléptica, sino que vienen determinados por el grado de afectación de la amígdala y el hipocampo, dos estructuras cerebrales afectadas. Curiosamente, en un grupo de animales, la presencia de epilepsia no afectó en absoluto la capacidad de recordar determinados aspectos de la información espacial sugiriendo que estos defectos cognitivos no están necesariamente afectados en esta enfermedad y que solo aparecen cuando existen lesiones que dañan a la amígdala cerebral”, comenta Gal. La utilización de estos modelos puede ayudar a estudiar las bases neurológicas de los problemas cognitivos asociados y constituyen nuevos bancos de prueba para el desarrollo de fármacos destinados a paliar estas carencias.
Epilepsia y calidad de vida
Además de las crisis, que en casos extremos pueden llegar a empeorar “de manera dramática” la calidad de vida de los pacientes afectados, la mayoría de los epilépticos se enfrentan a diversos problemas de discapacidad para llevar una vida independiente. Los déficits cognitivos son un problema neuropsicológico asociado con ciertos tipos de epilepsia. En el caso de la epilepsia del lóbulo temporal, que afecta a regiones cerebrales como el hipocampo y la amígdala, los pacientes presentan dificultades para recordar experiencias vitales específicas y asociarlas con los contextos espaciales y temporales en las que aquellas ocurrieron, y presentan alteraciones de la ansiedad. Estos déficits se acumulan en el tiempo y desembocan en problemas cognitivos que afectan severamente a su independencia.
En función de la frecuencia de las crisis, puede repercutir en actividades como conducir o trabajar de manera continuada. La tasa de paro de los pacientes epilépticos es un 40 por ciento superior a la de las personas sanas. De los pacientes que trabajan casi un 45 por ciento se ve forzado a reducir su jornada laboral. En muchos casos, los problemas cognitivos implican una incapacidad laboral severa.
En cuanto al tratamiento, su administración depende del tipo de epilepsia, hay diferentes combinaciones farmacológicas. En cualquier caso, el 25 por ciento de los pacientes epilépticos es resistente a fármacos que no consiguen controlar sus crisis. El 80 por ciento de los pacientes de epilepsia del lóbulo temporal tiene esta característica farmacorresistente.
Casos en España
Según el último informe de la Fundación del Cerebro, se estima que en España existen actualmente 360.000 casos de pacientes diagnosticados con epilepsia, con una incidencia de entre 12.000 a 20.000 casos nuevos cada año. De estos pacientes, la epilepsia del lóbulo temporal afecta a unos 75.000. En cuanto a la incidencia, este mismo informe señala que es superior en niños de entre 6 y 14 años, adolescentes y ancianos. “Parece existir una incidencia y prevalencia relativamente mayor en varones, aunque algunos estudios lo relacionan con la mayor incidencia de factores de riesgo de epilepsia (traumatismos y patologías cerebrovasculares)”, concluye Gal.
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